Para muchos es un desconocido, pero para los administradores de sistemas linux se ha convertido en una herramienta imprescindible en su trabajo diario. Se trata de un editor de texto sin formato y recuerda al antiguo y ya desaparecido EdLin de MS-DOS. La primera impresión que da el editor vi es la de un editor arcaico y uno se pregunta para que usar este editor existiendo algunos tan bonitos como kate, bloc de notas o kwrite.
Sin embargo, tras superar la desilusión y empezar a explorar su funcionamiento, podemos comprobar que dentro de sus posibilidades es bastante potente, ya que se puede hacer casi todo lo imaginable, desde escribir o eliminar texto, hasta duplicar líneas o realizar búsquedas. Una de sus ventajas radica en que está presente en todas las distribuciones de Linux, incluso en las que no está presente el sistema de ventanas o gráfico (las X). De este modo, si necesitamos conectarnos a un servidor Linux de forma remota y modificar algún fichero, con una simple conexión ssh, rlogin o telnet, podemos ejecutar vi y modificar los ficheros que queramos o tengamos permisos. Una de las ventajas de poder prescindir del motor gráfico es poder descartar todos los agujeros de seguridad que contienen las X.